Acabo de finalizar mi última obra, y primera de este 2025, titulada "Selfie". Se trata de un retrato que captura un instante cotidiano de nuestro tiempo: una chica haciéndose una foto con el móvil. Sin embargo, más allá de la temática contemporánea, este cuadro esconde una exploración profunda de la pintura clásica y su relación con las nuevas tecnologías.
En mi práctica artística, mezclo dos influencias aparentemente opuestas: por un lado, la creación de personajes mediante inteligencia artificial, y por otro, la técnica pictórica de los grandes maestros del barroco como Rembrandt, Vermeer o Velázquez. Esta combinación me permite explorar cómo la tradición pictórica se puede fusionar con la innovación tecnológica para crear obras que conecten con el público actual, sin perder la profundidad y la calidad de la pintura clásica.
En "Selfie", la luz juega un papel esencial. Inspirado en la maestría de la iluminación característica del barroco, El objetivo es que el espectador no sólo vea una escena cotidiana, sino que sienta que está observando una pieza que podría estar resistiendo el paso del tiempo con su fuerza visual y narrativa.
Este retrato no es sólo una representación de una imagen moderna; es también una reflexión sobre cómo nos vemos a nosotros mismos en la era digital.
Con "Selfie", quiero plantear este diálogo entre pasado y presente, entre la técnica tradicional y la modernidad actual, entre la materia y el digital. Es una obra que invita a la reflexión. Quien sabe si algún día, en un museo de un futuro lejano, alguien se quedará mirando a esta chica con el móvil y se preguntará sobre el mundo en el que vivía.
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